jueves, 9 de mayo de 2013

El maestro




                                                                      Autorretrato, 2003


La banda sonora original de este relato son las Variaciones Golberd de Bach versión para piano de Glenn Gould.

Con ellas y con Arturo Rivera, recorrí una etapa de mi vida que ahora rescato de las profundidades y que me llena de emoción y alegría, además de una tremenda nostalgia.

Descubro serena, con la ventaja del paso del tiempo y el sabor de la experiencia, que aquellos fueron años muy fértiles para mi ánima y para mi ser.

De la mando de Arturo, recorrí un viaje por las profundidades de los océanos. Fui protagonista de sucesos asombrosos y desde la oscuridad volví a ver la luz. Recuerdo ese braceo constante a su lado tratando de salvarme, hasta que por fin pude llegar hasta la superficie.

Pero hablemos un poco de Arturo. El me enseñó muchas cosas. Una de ellas fue la necesidad que tiene todo ser humano de vivir su espíritu. Cada vez que nos veíamos y nos poníamos a filosofar me preguntaba que me gustaba hacer cuando era pequeña, cuales eran mis sueños y mis deseos de antes y ahora. Siempre me animaba a tener un diálogo interno conmigo misma, para que finalmente yo hiciera lo que mi espíritu determinase y lo canalizara a través de acciones. El resto, vendría despues.

En Arturo su voz interior o alma se sublima a través de su pintura. El vive su espíritu a través de ella, y eso en su pintura se nota. Su obra es extremadamente bella por la verdad que contiene, y en ese continuo ejercicio de sinceridad creativa, podemos llegar a sentir lo que el siente cuando está en su mundo pictórico. Ese, su mundo inventado, es tétrico y oscuro y su labor parece ser la de seguir el camino de las baldosas del dolor, la angustia y la muerte.

Sin embargo, su obra lucha entre dos fuerzas con intenciones opuestas. La atracción de lo perverso o macabro por un lado, pero también la radiante belleza por otro.

Apolo, dios del sol, la luz y el arte, representa lo apolíneo o la belleza serena del mundo, en oposición a Dioniso, dios del vino y la intoxicación, quien representa la embriaguez o vitalidad salvaje en la que desaparecen incluso los límites de la individualidad. Entre estas dos fuerzas se rige la obra de Arturo Rivera.

Les invito a tratar de sentir los cuadros de Arturo para que puedan desentrañar, desde ese sentir, los misterios de su obra. A mi el lenguaje me limita. Yo tan solo observo tranquila tan maravilloso espectáculo y por un pequeñísimo instante siento mi alma crecer un poquito.

http://www.arturorivera.net/galeria.html

                                                                                                 Ecce Homo, 2007

















martes, 2 de abril de 2013

Una tarde cualquiera...

Una tarde cualquiera me acerqué al nuevo espacio de Fundación Telefónica en la calle fuencarral de Madrid. Además de traerme muchos recuerdos pasados y conectarme con el lugar desde otro lado, me sorprendió y emocionó inmensamente la exposición actual del fotógrafo Virxilio Vieitez.

Lo primero que vi al entrar fue a mi abuela y a su tía, y despues a mi madre, y a sus hermanos vestidos de domingo en la España de los años 50.  La disposición de la imágenes en el espacio me hicieron perderme por los pueblos de esta España mia y entender mejor a sus gentes y su idiosincracia. Me sentí etnógrafa de mi propio pueblo y empaticé al instante con tanto mensaje.

                                           
                                                                   Virxilio Vieitez

Sentí el entusiasmo en las miradas de los otros espectadores. Sentí la poesía que da el tiempo a esta obra, y como ésta, nos coloca en un imaginario español que nos hace complices. Me sentí de nuevo debajo de la mesa camilla espiando a los mayores.

Despues de tanta vida corriendo por mis venas, de tanto entusiasmo y despertar de los sentidos, me acerqué al horno de San Onofre y me comí una merecida ensaimada con café. Fue entonces cuando empezaron todas mis dudas.

¿Porque no he visto antes un trabajo de este tipo? ¿Quien era Virxilio Vieitez como artista? ¿Cual era su búsqueda estética, su aliento, sus referencias?

En este punto me encuentro con un Virxilio que se tropieza con la fotografía por casualidad. Aunque  percibo la obra de un artista, me encuentro con una técnica escasa, con apenas referencias visuales y con una intencionalidad puramente práctica, la de ganarse unas pesetas como fotógrafo. Virxilio no se cuestiona, no se plantea, simplemente actua. Su falta de complacencia me recordó a la fotografía directa y sin concesiones de Diane Arbus. Sin embargo, el acercamiento al medio de ambos es totalmente distinto.
                                   
                                      
                                                                       Diane Arbus 

El trabajo de Diane (Dee- Ann) es pura intencionalidad. Su manera de fotografiar cambió, cuando su profesora en la New School for Social Research de N.Y, Lisette Model, le dijo que fotografiara con las tripas, desde las entrañas. A partir de ahí, comenzó su búsqueda hacia personajes extremos de la sociedad y los fotografió de forma directa, llana, con mucha ironía y distancia. Al igual que Virxilio,  Arbus no disfraza la miseria, si no que la muestra tal cual es con un lenguaje fuerte y tenso. Sin embargo, en Virxilio el acercamiento a sus personajes es mas noble y sin segundas intenciones. El no busca esa tensión o dureza, y si aparecen, son peculiaridades implícitas de los personajes.

Virxilio se convierte así en artista sin pedir permiso y su obra se transforma en extraordinaria por el paso del tiempo.

Y así de extraordinaria fue aquella tarde en la que pude volver a mirar los ojos de mi abuela.






lunes, 25 de febrero de 2013

¿Qué es lo que se pudre?

¿Qué es lo que se pudre cuando una persona llega al poder?. Esta es una de las preguntas que estamos legitimados a plantearnos en vista del contexto actual.

Sin embargo, la pregunta va en otro sentido mucho más interesante.

¿Que es lo que se pudre cuando un cuerpo muere? ¿Que sucede con lo que se queda? Estos son los interrogantes con los que ha trabajado la artista sinaloense Teresa Margoles ( Culiacan, 1963), durante diez años en la morgue.

Desde su atelier ( la morgue y las salas de autopsia), funda en 1990 el grupo SEMEFO ( Servicio Médico Forense) e investiga la trasformación del cadaver desde su muerte. Su pensamiento y su reflexión giró en torno a lo físico y a la vida del cadaver y sus procesos. Se dejó abrazar por  toda esa atmósfera necrófila, "macabra" y de estética trágica. Y fruto de esa investigación y pensamiento, ha sido lo que le ha llevado a Margolles, a ser la artista que es ahora, convirtiendo su obra en un homenaje a cada uno de los cuerpos asesinados en México.



Teresa Margolles.  Plancha, 2010 

A partir de este momento, podemos sentir, escuchar y hasta oler los efectos de la muerte en los cuerpos de las victimas de la violencia. Como en  Plancha (Hot plate) 2010, donde el agua que se utiliza para limpiar los cuerpos en la morgue, cae sobre una placa de metal caliente. Esas gotas que caen son cada uno de los cuerpos asesinados que ya se han ido. El ruido de las gotas, son los balazos que colisionan con el cuerpo, el vapor del agua, es ese dolor desgarrador de la muerte de un ser querido, y la huella en la placa es la marca de la perdida que nunca desaparece.

Su obra es limpia, minimalista, de gran emoción y lenguaje desgarrador. Nos pone sobre la mesa TODA la desesperación, conectando radicalmente con nuestros sentimientos y sin dejar en el horizonte ninguna ráfaga de razón. Su mensaje es universal y contemporáneo, y nos coloca sin gran esfuerzo, en la posición de víctimas, haciendonos sentir su angustia y su desconsuelo. Consigue conectarnos con el dolor colectivo aliviando tanta aflicción.

En este punto acontece, un abrazo igualmente sanador, entre el cuerpo asesinado de Margolles (Herida) 2007 y el herido de Beuys ( Muestra tu herida) 1976.







domingo, 17 de febrero de 2013

Tesoros


                                     
                              
                                                 Wolfgang Tillmans. Anders (Brighton, Arcimboldo).2005


Giuseppe Arcimboldo (1527-1593) era un artista italiano que representaba todo tipo de objetos, tales como flores, frutas, verduras, pescados, pájaros... y  disponía dichos objetos de tal manera, que finalmente la entera representación, se convertían en retratos de personas.

Pero más que personas, a mi modo de ver, son criaturas o curiosidades de la naturaleza que nos transportan a un lugar imaginario, incluso extremo y raro.

Esta rareza o distanciamiento de la realidad, fue lo que hizo que los surrealistas tanto amaran a Arcimboldo.

Incluso hoy en día sigue inspirando a artistas contemporáneos tales como Wolfgang Tillmans,  quien no ha sido capaz de escapar del encanto fascinante de su obra. Asi lo demuestra en esta pieza fotográfica. Un auténtico meraviglioso! tesoro.



viernes, 15 de febrero de 2013

Repente...

Algún día quería comenzar a esculpir las palabras que, de repente aparecen en mi cabeza. 

Pensamientos, imágenes, sonidos, ideas, muchas ideas para muchos inservibles, incluso para mi, pero que necesitan un hueco y un espacio. 

Existe una necesidad sin rumbo, sin expectativa, sin meta. Tan solo un Repente...

A veces veo imágenes que definen el todo de ese instante; fotografías, cuadros, dibujos... A veces son simples palábras o frases.

Repente es ese espacio que empieza vacio y lleno a la vez y que se irá cocinando poco a poco, a fuego lento.