Figura 1: Jean-Baptiste Greuze, El hijo castigado,1778
Figura 2: Fotografía de David Kirby, 1990.
Tenemos dos imágenes anexas (Fig.1, Fig.2) que a simple
vista podrían estar representando el mismo escenario. Ambas de carácter
melodramático en el que el sufrimiento de unos personajes se hace evidente por
la detallada representación de sus rostros. Un individuo enfermo es rodeado por
una serie de familiares, cuyo estado actual anticipa una muerte inminente. Sin
embargo, ambas imágenes se insertan en contextos históricos y sociológicos
totalmente distintos. Si bien, la (Fig.2) iconográficamente hace referencia
(quizás de manera inconsciente por parte de la fotógrafa) a numerosas obras de
arte antiguo que permanecen en nuestro repertorio visual (como la Lamentación sobre cristo muerto de Mantegna o Cristo muerto en la tumba de Holbein), o
incluso con imágenes que Bill Viola incluye en su video Emergence (2002), sin embargo, ambas figuras no pueden cumplir la
misma función. A pesar de estas
similitudes en la forma de representar, y a pesar de que la (Fig.2) utilice
cualidades y características que vemos de manera espontánea en la pintura al
óleo de Greuze (Fig.1). Como dice Berger, lo que sabemos o lo que creemos hoy,
afecta al modo en el que vemos las cosas de hoy y del pasado. Si además ligamos
esta idea de Berger a la de Foucault en la que dice que “solo pensamos lo que
podemos”, y a la de Wölfflin en la que “no todo es posible en todos los
tiempos”, podríamos llegar a la conclusión de que una imagen como la Fig.2 en
el contexto de la Fig. 1 sería imposible, porque la finalidad de la imagen
publicitaria (además de que la fotografía todavía no existía) era, primero
conseguir un gran impacto social por parte de la marca, y segundo significar la
enfermedad del Sida (surgida en los años 90 y no antes y ni imaginada) e
intentar cambiar su percepción negativa. Por otro lado, la importancia de la
obra de Greuze, no fue tanto significar la enfermedad del personaje, la cual
desconocemos, sino la de introducir en los circuitos artísticos de la Francia
del siglo XVIII, una escena burguesa de carácter cotidiano e intrascendente. Para
la época de Greuze, la introducción de estos temas suponía una ruptura de los convencionalismos
y de los “modos de ver” de la época, lo que conllevó a la muerte del género de
historia, que era el dominante y hegemónico hasta ese momento, además de ser el
más habitual en las academias.
no puedo dejar de pensar en los comentarios de Diderot en torno a la "gesticulación" de Greuze. Aquí se podría encontrar una suerte de "poética teatralizada de los afectos" en un momento en el que los rituales sociales (ilustrados) comenzaban a amanerarse. El pathos de la escena da a ver el reverso del "ensimismamiento" (Fried dixit). Felicitaciones por tu comentario que me ha dado que pensar.
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